El universo está siempre en expansión. Contrario a ello, en ocasiones
por propia voluntad decidimos poner límites a nuestra imaginación, a nuestros
sueños, y nos creamos límites cada vez más difíciles de traspasar. Extirpamos la
capacidad de soñar de nuestro subconsciente como si de podredumbre se tratara. De
niños esto era una conducta recurrente. Fantaseábamos
siendo astronautas, barrenderos, doctores, basureros, y así la lista es interminable.
¿Cuándo dejamos de soñar?
¿Cuándo nos sumimos
en la maraña de lo cotidiano -de la “adultez”- dando paso a la vida responsable, libre de sueños e imaginación?
Los sueños son reemplazados por esperanza, la imaginación y anhelos por realidades.
Son muchas las restricciones que nos imponemos o las que nos imponen
nuestros estilos de vida encausados. Pero la verdad, es que en ocasiones necesitamos
urgentemente soñar e imaginar. Expandir nuestro universo imaginario.
Los sueños nos abstraen hacia un descanso personal que nos permite
continuar, sobre todo cuando las presiones se vuelven un tanto complejas.
Soñar es fácil, pero difícil para una mente adulta llena de
prejuicios hacia ellos. Para un menor esto se logra por inercia – conducta envidiable-,
para un adulto resulta casi utópico. Extraño, considerando que las cosas que
ahora son una realidad como la TV, la telefonía celular, las resonancias
magnéticas, visitar Marte, etc., etc., etc., fueron simples sueños y parte de una mente
llena de imaginación hace unas cuantas décadas.
Generalmente despierto sin saber en lo que soñé. Generalmente debo
hacer un esfuerzo -casi siempre infructífero- para recordar en qué divagó mi
subconsciente durante la noche. Cuando logro recordar, simplemente le doy un
par de vueltas, lo cuento rara vez, y luego lo guardo en un cuarto de difícil
acceso en mi tacaña mente.
Si tan solo pudiésemos mantener la virtud de soñar e imaginar durante
todo el transcurso de nuestras vidas…, si tan solo pudiésemos darnos el lujo de
divagar por lugares extraños, lejanos, soñar con viajes al fin del mundo, soñar
realidades distintas a las nuestras, soñar por lagunas no exploradas y
horizontes lejanos, tal vez la amargura que nos invade de cuando en vez sería
más soportable.
Los residuos de sueños inconclusos golpean mi cabeza y resuenan
presurosos hoy que los evoco. Tomo tu mano y juntos caminamos a través de nuestra
hermosa realidad. Consciente de que pronto, si no sueltas mi mano, terminaremos
por pintar juntos los trazos de sueños y anhelos dormidos.
Sigamos soñando.
1 comentario:
Es interesante la manera en la que escribes y poder disfrutar de la literatura cada vez que tenemos la oportunidad. A mi me encanta tanto escribir como leer y por eso trato de hacerlo a diario, pero como últimamente debo aprender Limites Indeterminados estoy con un poco menos de tiempo
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