jueves, 22 de julio de 2010

Al son de Gatti

En el afán de buscarnos nos encontramos con una nostálgica canción de Gatti, la que quedamente sonaba de fondo. No fue extraño aquello para nosotros, acostumbrados a robamos besos imprevistos y caricias solapadas en cualquier lugar. Bailamos despacio y nos besamos con añoranza, como si nos hubiesemos esperado por mucho tiempo. Aprovechando cada verso acompañado de la suave música, mis manos le rodearon y las suyas me atraparon dulcemente. Aquello nos hizo trasladarnos a otros tiempos, cuando no existía nadie más que nosotros, sin otras mayores responsabilidades; sin embargo, ahora era diferente, nuestra mayor responsabilidad jugaba a una breve distancia nuestra sin percatarse de lo distante que estabamos de ella, encerrados casi clandestinamente en nuestro mundo.

En la segunda estrofa le llamamos la atención, nos quedó mirando y se acercó distraídamente a reclamarnos algo. Tratamos de ignorarla para que continuara en lo suyo. Más besos.

No alcanzamos a bailar completamente la canción debido a que, ahora sí, aquella personita nos exigió atención absoluta, tomandonos de las piernas y tirandome el pantalón. La acogimos en nuestro breve espácio, nos miró con su carita de niña mimada y nos abrazó llena de dicha. Simplemente, un mágico momento al son de Gatti.