martes, 23 de febrero de 2010

Decepción

Las decepciones a veces llegan en frío, cuando creemos sentirnos inmunes a ellas, acorazados en un sitio supuestamente cercado e impenetrable. No es que tenga la arrogancia de creer que en algún punto los papeles nunca se invertirán, y seré yo quien sorprenda a otro, o a otros, con alguna decepción. Sin embargo, el sólo hecho de ser decepcionado, crea una corteza invisible, y a la vez indeleble. No deseo ser desproporcionado ni agudo en mi apreciación, ya que como me dijo Daniela, decepción es una palabra demasiado grave para ser utilizada con ligereza.

Con lo anteriormente dicho, prosigo.

La decepción nos marca desde ese punto cero en que somos concsientes de la misma, y condiciona la relación hacia quien resulta ser nuestro agresor, y tal vez, condiciona cualquier otra interacción que nos atrevamos a forjar. Nos convierte un poco en ermitaños, atrapados en un mundo lleno de aprensiones, de condicionamiento constante hacia los demás. Como escribió una amiga, nos mantiene a la defensiva (http://kementaris.blogspot.com/2010/02/la-defensiva-creo-que-una-de-las-peores.html)

Lo peor del caso, es que las palabras dichas y escuchadas, pasaron a formar parte de mi almanaque mental. Forman un indeseable episodio imposible de borrar a estas alturas. Las disculpas vendrán, tal vez, el apretón de manos, quizá, y por qué no, el abrazo como un sello redentor. Pero las palabras ya fueron usadas, malamente elegidas, y ahí estarán.

Lo escrito no nace del simple rencor, en mi caso eso sería demasiado osado y por lo demás, no está dentro de mi catastro personal. Por el contrario, nace del hecho de sentirme simplemente decepcionado, nace de la rabia de haber dado aquel primer infructuoso paso, de la estupidez de escuchar mis palabras fluir antes que mis pensamientos, como pudiendo leerlas entre cada frase y haber tenido un acto de contrición al final de cada una. Nace del ánimo sordo de descargo, en este medio impersonal y un tanto anónimo. Nace simplemente, de la decepción.

1 comentario:

Danna dijo...

Te entiendo, el "golpe" vino de frente y de donde menos lo esperabas, se que calo hondo en tu corazón y que el eco de aquellas feas palabras sigue dando vueltas en tu cabeza y lo hara por mucho tiempo. Pero no desesperes, creaslo o no, se iran diluyendo en el tiempo, se borrara la escena y todo volvera a su curso normal, mas temprano que tarde. Asi son las relaciones humanas, complejas y dolorosas, y cuando quien te decepciona es alguien amado y cercano, pronto perdonamos y olvidamos y volvemos a confiar... es lo saludable, es lo esperable. No desesperes amor mio y ten presente en que situación fueron dichas, no pienses mas allá, no trates de encontrar un trasfondo, fueron pronunciadas solo para herirte y estoy casi segura que no representan el verdadero sentir de quien las pronuncio.
Además, considera lo erradas que estan...
Te amo con todo mi ser y haria lo que fuera para curar esa herida, sanar tu decepcion...