Ella me mira y sonríe, yo le sigo meciendo mientras sus ojitos se van cerrando lentamente. Se resiste tenaz y decididamente a lo inevitable. Sus manitas restriegan sus ojos y los dejan un poco pintados de rojo. Previamente ya la alistamos con su traje de noche, ese osito con el que parece un cordero a rayas. Sigue empecinada en su resistencia y yo, le sigo meciendo porque la hora se nos viene encima y mañana hay que levantarse temprano. No tiene noción del tiempo, sus necesidades, que no son muchas, las tiene claramente definidas, y dentro de ellas no está la del tiempo.
Finalmente cede, cierra sus ojos para dar paso a los sueños. Duerme tranquila entre mis brazos, segura, protegida, quieta. Un suspiro se le escapa y le hace estirar sus brazos.
Finalmente cede, cierra sus ojos para dar paso a los sueños. Duerme tranquila entre mis brazos, segura, protegida, quieta. Un suspiro se le escapa y le hace estirar sus brazos.
Muy calmadamente la dejo en su cuna. En un último intento se incorpora y me queda mirando con la vista fija, pero es en vano. Se acomoda. Sus ojitos se cierran y decididamente continúan y siguen tras la huella de sus sueños.
1 comentario:
Duerme mi pequeña hermosa, cierra sus ojitos vencidos por el sueño y se ve deliciosa... me encanta mecerla, acunarla y protegerla.
Mas se resiste cada noche, pelea contra su curiosidad y su sueño enorme, quiere estar con nosotros pero se siente arrastrada por el cansancio y al final cede...
Te amamos
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