domingo, 14 de junio de 2009

Cuasi ermitaño

Eligió ser ermitaño, no en el sentido completo como hubiese querido, pero emulando lo más posible al árbol aquel. A diferencia, fue por voluntad propia y no por una imposición caprichosa. Cada cierto tiempo hace planes y viaja para contemplar lo que ha traducido como su esencia y también, para ver reflejada su personalidad en aquel triste árbol de hoja escasa y perenne. Se contenta con la simpleza que le rodea y se alegra de estar solo, como el árbol, aferrado a una realidad distante, apartada de los demás.
Nunca tuvo la intención de arrimarse a sus pares, o tal vez la osadía. Fue una imposición de sus padres al verle de personalidad abstracta y retraída, que erróneamente confundían con alguna patología. Consumió tiempo visitando a un doctor y luego a otro, tratando de definir lo que para ellos se había transformado en un problema. Los tratamientos fueron infructuosos, no conseguían el resultado esperado tan fervientemente. No entendían cómo su único hijo, de sonrisa ancha y ligera, de caricias bondadosas y de mirada amable, se había transformado en aquella persona tan lejana para los suyos y tan arisca para el resto del mundo.
En sus esfuerzos por tranquilizar a sus padres, llegaba por casa con amigos, compañeras de colegio a las cuales la madre colmaba de todo tipo de halagos, como mostrando un tímido agradecimiento interno y solapado. Y llegado el momento se independizó. Gradualmente se fue apartando, primero de los suyos, luego de la sociedad en general, que ocupaba solo para cosas que ésta podía cubrir.
Al fin de sus largas y precisas jornadas, ya en casa, se preparaba algo de comer, y se sumergía en un ritual que ya formaba parte de su rutina, que comenzaba con la lectura del libro de paso, con el disfrute del nuevo vinilo escuchado en un viejo aparato heredado de su padre, o, con el disfrute de la cepa que tanto apreciaba.
Un día cualquiera, cuando volvió al paraje que protegía el árbol aquel, al reencontrarse, sintió la necesidad de consuelo, de un abrazo aferrado de alguien cercano o ajeno, de unos oídos prestos a escuchar lo que por tanto tiempo había callado, de vomitar la rabia guardada desde cosechas tardías. Quiso retornar presuroso a los suyos, pero era demasiado tarde, habían pasado casi tres años desde que se despidió por última vez de sus padres, tras un imprevisto accidente que terminó con sus vidas y los arrebató de su lado.
Simplemente estaba solo, aferrado a lo suyo como aquel árbol enraizado a su campo. Lo miró por última vez, y retornó a su universo, con aquella imagen atrapada en su mente, mientras pensaba en todos los detalles que se le habían escapado de su vida, de todas las cosas que no había dicho y hecho. Lo que en un comienzo había sido una opción de vida, ahora su escenario se lo escupía en la cara como su realidad, impuesta, indeseada, embustera y caprichosa. Esa era su vida, como la del árbol solitario aquel. Y mientras llegaba devuelta a su universo no pudo dejar de preguntarse, quién imitaba a quién.

8 comentarios:

Danna dijo...

Que tristeza que al descubrir el error no se pueda volver atras y quedemos arapados en ese camino que hasta ayer nos parecio bueno y que hoy se vuelve nuestro calvario. Debemos examinar constantemente si el camino que recorrimos y la vida que elegimos es el que de verdad nos hace feliz. Muchas veces he querido huir de este fenomeno llamado sociedad que exige mas de lo que da, pero cuando estoy sola y triste su compañia me gratifica y consuela.
Te amo y espero nunca desees huir de mi y de tu pulga jijij
Te amamos

Cristián dijo...

Ustedes son la parte que le da felicidad a mi vida, nunca podría atreverme a huir, no sin ustedes.

Te amo,
las amo.

Danna dijo...

Escapemos? huyamos lejos los tres a aquellos parajes sureños que tan gratos recuerdos nos traen... vamonos lejos amor y seamos felices solos los tres...

Cristián dijo...

Puerto Varas?, Camino Encenada?, Cerro Oncol?, Cucao?, Futrono?, Valdivia?... elige.

Te amo.

Danna dijo...

Lejos, donde solo encontremos risas... solos los tres lejos riendole al mundo

Danna dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hermoso texto.

Cristián dijo...

Gracias Angus, un gusto tenerte por acá.

Saludos.