martes, 8 de septiembre de 2009

Los Amigos

De los amigos de épocas pasadas quedan pocos, o casi ninguno. Nos dispersamos. Algunos como yo, se casaron y se mudaron a otras comunas, otros a provincia, y los más osados a otros continentes. ¿Qué pasaría si nos juntásemos? El tiempo ha pasado ciertamente y las prioridades de cada uno son otras, las circunstancias son opuestamente diferentes en algunos casos. ¡Qué manera de seguir rumbos tan distintos! A pesar de aquello, me gustaría creer que la amistad prevalece, de hecho, muy puntualmente lo he comprobado. Por otro lado, son estas cosas las que importan en la vida, aunque en ocasiones, este discurso no me convence.

Últimamente he retomado el contacto con algunos, y debo reconocer que lo catalogaría como infructuoso, siempre las conversaciones terminan coronadas con el infaltable “deberíamos juntarnos”

El tiempo sigue pasando y nuevos amigos, que comparten los intereses del momento, se nos han unido. Con esto no quiero decir que para mi los amigos son desechables, sin embargo, uno tiende a hacer comunidades con quienes comparten intereses similares o con los que tienes mayor afinidad. Hablando de intereses, estos van cambiando, los de ahora son muy distintos a los tenidos hace diez años atrás, siendo uno más joven, soltero y con ganas de simplemente pasarlo bien. En este sentido, los amigos de la infancia, no son los mismos que los de la adolescencia, los que tampoco son los mismos que en la juventud o en la adultez. Algunos duran y con estos se queman etapas en conjunto, pero debo confesar que en mi caso, tengo muy poco contacto con los otrora personajes con los que compartía el tiempo.

¡Cómo olvidar la casita Wendy! Hace poco, en una conversación con la Cri, recordamos el episodio aquel, éramos 10 adentro de una casa pequeña, que era de la hermana menor de una amiga. En ella arreglábamos el mundo alrededor de papas fritas, bebidas y un tequila compartido con limón y sal, buena música y risas interminables, cada uno con sueños que nos abultaban los bolsillos. Tratábamos de alargar el tiempo lo más posible, presos dichosos del momento ¿Qué será de todos? Con una de ellas tengo contacto desde Italia gracias al Face, con otro desde España.

Es un tanto extraño reparar en cómo se dan las cosas, pensar que con alguien que hace algunos años atrás tenías algo en común, ahora nos unen solamente recuerdos, vagos recuerdos a veces, buenos o malos, de un tiempo no necesariamente mejor que el de ahora, pero de un tiempo ya pasado al fin de cuentas.

Cómo hemos cambiado – reza la cancioncilla de los Presuntos – que lejos ha quedado aquella amistad…

2 comentarios:

Danna dijo...

Cambiamos, mutamos, nos transformamos y dejamos de ser aquellos jovenes impetuosos e idealistas.Alcanzamos la edad adulta, formamos nuestro propio nido y aquellos sueños e ideales que algun día tuvimos se desvanecen, se diluyen en la cruda y no tan fea realidad y con ellos se van las amistades con quienes las compartimos... la ley de la vida creo yo, la realidad simple y cruda.
Debo reconocer con gran alegria que yo tengo una amistad de aquellas que a sobrevivido a los años, los cambios y mutuaciones.. la conozco de toda la vida y la quiero entrañablemente, nuestra esencia sigue siendo la de aquellas niñas que soñaban con los principes azules en blancos corceles... es cierto que tomamos distintos caminos y nos cuesta reunirnos pero cuando lo hacemos seguimos siendo MEJORES AMIGAS... yo he tenido la fortuna. la de una en un millon, otros amigos pasaron, marcaron historia y se fueron, ella seguira siendo siempre parte de mi vida.
Y tengo un amigo, uno de años que me conoce como nadie, que adivina mis deseos, que reconoce mis necesidades aun antes que yo y espero que este amigo me dure toda la vida...
En fin, creo que las amistades verdaderas superan los cambios, se rearman, se reinventan y sobreviven a los años... creo yo, pienso, resumo, deseo.

Cristián dijo...

He sido testido de tu amistad, que bien por Ustedes.

Y supongo que soy yo ese amigo del que hablas... jejejeje.

Te amo Cosita.