Meconio, Pilucho, Calostro, Osito... son términos vetados antes de la paternidad, o por lo menos términos que no están a nuestro alcance como hombres, ni que tampoco los asociamos a nada en particular. En un comienzo un tanto de difícil traducción. Por ejemplo, cuando me pedían que trajera el osito, inevitablemente pensaba "para qué querrá un peluche..." hasta que lo asociaba perfectamente, o cuando me hablaban del meconio, lo imaginaba como un fertilizante del que no tenía registro, qué decir del calostro. Esta nueva jerga se ha ido instalando poco a poco a mi diccionario de palabras registradas y listas para su uso. Aunque tal vez estén en el subconsciente colectivo, el soltero común, o el no padre, no toma conocimiento ni conciencia de ellas hasta que algo activa la recepción de las mismas y lo predispone a conversaciones en dónde su uso es algo cotidiano, lo que es más, las usa y las entiende.
No tan solo es el lenguaje el que cambia en esta nueva etapa, sino también te adentras en un círculo de amistades con situaciones similares, con más o menos miembros en la familia, que te aconsejan y te indican qué debes o qué no debes hacer, consejos que se agradecen. De la mano va el ritual del cambio de pañales. Para que se nos haga un poco más fácil, e insisto, un poco más fácil, nos hicimos de un canastito en el que guardamos todos los utensilios que precisamos, el Hipoglós, el algodón, las toallitas húmedas, por supuesto el pañal, etc. Este ritual comienza con unas contorsiones de nuestra distinguida damisela demostrando lo desagradable que se torna la situación para ella, luego sigue con un incontrolable llanto. En el mejor de los casos, para nosotros, simplemente ella se dedica a mirarnos como indiferente y nos observa invadiendo su intimidad. Como lo comentó un viejo amigo - frase que tomo prestada - "tú les cambias los pañales, ellos te cambian la vida", y tiene toda la razón. Se supone que el tiempo te da la experiencia pero, cada vez es una aventura diferente.
Hablando ahora del tiempo y de cómo pasa, tal vez más adelante dentro del círculo de amistades con hijos, ya sean de la misma edad que la nuestra o un poco mas crecidos, me sorprenda comentando el último estreno de los Backyardigans o lo que es peor, riendo con las aventuras de Hi-5, o tenga en mi cabeza las letras claras de Lazy Town, quién sabe. A lo que sí me rehuso terminantemente es a torturarla frente al oso rosado Barney, la sola idea me apesta, lo detesto. Pero supongo que lamentablemente es parte del lento proceso de adecuación en la aventura de ser padre.
No tan solo es el lenguaje el que cambia en esta nueva etapa, sino también te adentras en un círculo de amistades con situaciones similares, con más o menos miembros en la familia, que te aconsejan y te indican qué debes o qué no debes hacer, consejos que se agradecen. De la mano va el ritual del cambio de pañales. Para que se nos haga un poco más fácil, e insisto, un poco más fácil, nos hicimos de un canastito en el que guardamos todos los utensilios que precisamos, el Hipoglós, el algodón, las toallitas húmedas, por supuesto el pañal, etc. Este ritual comienza con unas contorsiones de nuestra distinguida damisela demostrando lo desagradable que se torna la situación para ella, luego sigue con un incontrolable llanto. En el mejor de los casos, para nosotros, simplemente ella se dedica a mirarnos como indiferente y nos observa invadiendo su intimidad. Como lo comentó un viejo amigo - frase que tomo prestada - "tú les cambias los pañales, ellos te cambian la vida", y tiene toda la razón. Se supone que el tiempo te da la experiencia pero, cada vez es una aventura diferente.
Hablando ahora del tiempo y de cómo pasa, tal vez más adelante dentro del círculo de amistades con hijos, ya sean de la misma edad que la nuestra o un poco mas crecidos, me sorprenda comentando el último estreno de los Backyardigans o lo que es peor, riendo con las aventuras de Hi-5, o tenga en mi cabeza las letras claras de Lazy Town, quién sabe. A lo que sí me rehuso terminantemente es a torturarla frente al oso rosado Barney, la sola idea me apesta, lo detesto. Pero supongo que lamentablemente es parte del lento proceso de adecuación en la aventura de ser padre.
5 comentarios:
Ja ja ja antes que todo el interprete de "te quiero yo y tu a mi, somos una familia feliz... con un fuerte abrazo y un beso te dire lara lara" es un DINOSAURIO no un oso y es morado, no rosado jajaja y comprendo perfectamente tu aversión a tan distinguido miembro de la farandula infantil jjeje
Como nos cambia la vida!!! el vocabulario, la rutina, las horas de sueño, las comidas y TODO. Nuestra vida esta patas para arriba y aunque hacemos lo que podemos para reorganizarnos, a nueve dias del nacimiento de Antonia las cosas marchan en el caos, pero vale la pena ¿verdad?
Te amo
Los amo
Te amamos
Cierto, a nueve dias de la llegada de nuestra porota nuestra vida se ha transformado en un caos. Pero, verdad que vale la pena. Además que es preciosa. Lo del Dinosaurio u Oso, rosado o morado, dá lo mismo, sigue siendo detestable de cualquier color o en cualquier especie.
Las amo.
Hola, solo pasaba a saludar y cumplir con lo dicho "el comentario" jajaja,,, hermosas tus palabras hermano yyyy ¿tienen alguna influencia de Daniela directa o indirectamente? porque no me acordaba que hablaras tan bonito jijiji.... pero que mas da estan precisas, te calo lo de los pañales porque es cierto yo lo vivi y lo haria de nuevo es inmensamente impagable la sensacion de tener una vida a cargo y saber que uno es el artesano de esa vida, bueno bendiciones hermano y cuentale a Antonia desde ya que por aca tiene un tio y un primo "Martín" que la quieren mucho,saludos a Daniela "fuerza galla" y espero algun dia compartir con ustedes y espero sea pronto .....un abrazo perrito TQM.....El Villa...
P.D. .....Yo pensaba lo mismo de ese tal "Barney" (maldita lagartija), pero ahora me se todas sus canciones y hasta los horarios en que lo pasan.....uno no mira mas alla de lo que hace feliz al hijo y estas dipuesto a negociar cosas que antes eran innegociables.....asi que sigue tu camino hermano porque queda mucho por andar..........jajajaja
El talento siempre ha estado (saaaa!!!), medio muerto, un poco dormido tal vez. Lo que pasa es que ahora tengo influencias directas e indirectas.
Muy buenas palabras amigo, y me alegra saber que Martín ha llegado a muy buenas manos.
Por lo de la maldita lagartija, nada que decir, solo "te quiero yo, y tu a mi, somos una familia feliz. Un fuerte abrazo... la, la, la...", es inebitable.
Un abrazo.
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