Por supuesto que me gusta estar informado, no solo por tener algo que conversar con mi señora - que tema no nos falta -, o algo de lo que hablar al otro día en el trabajo, sino, porque simplemente me gusta tener algo que me entretenga la mente, algo a lo que darle vueltas. Es por eso que una de las cosas primeras que hago en la mañana es leer, antes de irme a la oficina leo, incluso en el trayecto, y en la mayoría de las mañanas aprovechando el internet, abro la página de un diario y sigo leyendo.
Como decía, me gusta estar informado, pero hay una diferencia muy grande escuchar en el noticiario central de uno de los canales de la tv que están torturando prácticamente a los animales antes de faenarlos para el consumo diario - que en alguno casos lo hacen simplemente por placer - a verlo, ver cómo los desoyan sin anestesia, o cómo los agarran a palos. Tal vez sea para crear conciencia y que finalmente tomemos - hablando del particular - la decisión de optar por una vida más sana, llevando una dieta saludable. ¿No será demasiado?, simplemente me hubiese conformado con haberlo escuchado para que luego pasaran a la próxima noticia, que para mi asombro, trataba acerca de cómo un padre de unos 50 y tantos años degolló a su hijo, por supuesto la sangre fue la protagonista junto con el arma homicida.
¿Qué les ha dado a los canales digo yo?, sobre todo a Chilevisión. Con tantas historias de cárceles, historias turbias del campo, historias de infieles... no nos dejan tomar un respiro mostrándonos algo más amable. Por ejemplo ahora en un programa que muestra todo el juicio que se lleva de algún caso, macabro por supuesto para sumarle al rating, no basta con solo entrevistar a las partes y mostrarles en el juicio en el que dan detalles escabrosos de cómo se llevó a cabo el crimen, sino que además, recrean las escenas del crimen mismo y las repiten seguidamente. De pronto, la conductora, para asegurarse de que hayamos entendido bien, nos da un resumen de todo el caso deteniéndose con alevosía en las partes más dantescas. ¿No será mucho digo yo?, ¿no habrá algo de morbo en todo lo que nos están dando a consumir?
Esta conducta, tan atávica a nosotros como especie por lo demás, se está traspasando a los objetivos canales de comunicación criollos desde hace un tiempo ya. Las vidas privadas ya no son tan privadas. ¿Me importa algo que el conductor estrella de cierto canal haya terminado una incipiente relación con una de las modelos de paso? ¿Me importa que una actriz de antaño haya estafado y que se le vea pasándola bien en Miami?, ¡para nada! Pero debo reconocer que con tanto saping, algunas veces acabo descansando en alguno de estos programas en los que me muestran un desfile de ejemplos de personas que bajo ninguna circunstancia me gustaría emular.
Como decía, me gusta estar informado, pero hay una diferencia muy grande escuchar en el noticiario central de uno de los canales de la tv que están torturando prácticamente a los animales antes de faenarlos para el consumo diario - que en alguno casos lo hacen simplemente por placer - a verlo, ver cómo los desoyan sin anestesia, o cómo los agarran a palos. Tal vez sea para crear conciencia y que finalmente tomemos - hablando del particular - la decisión de optar por una vida más sana, llevando una dieta saludable. ¿No será demasiado?, simplemente me hubiese conformado con haberlo escuchado para que luego pasaran a la próxima noticia, que para mi asombro, trataba acerca de cómo un padre de unos 50 y tantos años degolló a su hijo, por supuesto la sangre fue la protagonista junto con el arma homicida.
¿Qué les ha dado a los canales digo yo?, sobre todo a Chilevisión. Con tantas historias de cárceles, historias turbias del campo, historias de infieles... no nos dejan tomar un respiro mostrándonos algo más amable. Por ejemplo ahora en un programa que muestra todo el juicio que se lleva de algún caso, macabro por supuesto para sumarle al rating, no basta con solo entrevistar a las partes y mostrarles en el juicio en el que dan detalles escabrosos de cómo se llevó a cabo el crimen, sino que además, recrean las escenas del crimen mismo y las repiten seguidamente. De pronto, la conductora, para asegurarse de que hayamos entendido bien, nos da un resumen de todo el caso deteniéndose con alevosía en las partes más dantescas. ¿No será mucho digo yo?, ¿no habrá algo de morbo en todo lo que nos están dando a consumir?
Esta conducta, tan atávica a nosotros como especie por lo demás, se está traspasando a los objetivos canales de comunicación criollos desde hace un tiempo ya. Las vidas privadas ya no son tan privadas. ¿Me importa algo que el conductor estrella de cierto canal haya terminado una incipiente relación con una de las modelos de paso? ¿Me importa que una actriz de antaño haya estafado y que se le vea pasándola bien en Miami?, ¡para nada! Pero debo reconocer que con tanto saping, algunas veces acabo descansando en alguno de estos programas en los que me muestran un desfile de ejemplos de personas que bajo ninguna circunstancia me gustaría emular.
Sin caer en un juicio valórico, debo mencionar que esto es simplemente el producto que vende, que se consume en masas y que está presente en muchas líneas editoriales de distintos medios. Pero, ¿no será demasiado?